La tarde va gateando bajo la lluvia profunda,
en el lento movimiento de la danza perdida.
Hace hueco de cristales.
Murmura con frialdad algunos nombres.
No es el tuyo ni el mío;
ambos son sentenciados al olvido.
Ahora viajo con traje impermeable
por las calles que no admiten esquinas.
Es un camino recto; sin posible solución a paralelas.
Después de la lluvia ya no estará la tarde.
La noche prematura se trago su luz;
en un día cualquiera que no regresará.
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2 comentarios:
Me paseo por tus versos y siempre me quedo con tus versos rondando y grabados en las pupilas.
Besos,
migdalia
Este poema tiene la cadencia y el sentido, siempre tu contundencia final que atesora la palabra.
besos
Elisabet
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